La reina Sofía desencadena el pánico en la madrugada del miércoles al jueves por un cuadro médico agravado
La salud de la reina emérita Sofía ha hecho saltar las alarmas en Zarzuela

La reina Sofía tiene muy preocupados a sus hijos, el rey Felipe VI y las infantas Elena y Cristina. La emérita, a sus 86 años, va dejando atrás sus años de plenitud, entrando en una fase en la que cualquier señal que apunte a un riesgo en su salud hace saltar las alarmas en su entorno. Ahora la madre del rey atraviesa un cuadro médico que ha extremado las precauciones en su entorno cercano.
Los últimos años han estado plagados de percances para la reina Sofía. Ha tenido que lidiar con unos cuantos disgustos que han mermado su salud física y mental, acentuando los efectos del paso de la edad.
La reina Sofía ha tenido una tercera edad complicada
A los problemas propios de la edad, se suman las duras experiencias personales que ha atravesado en los últimos tiempos. Por un lado, las humillaciones constantes de Juan Carlos I. Por otro, la pérdida de seres queridos, como la muerte reciente de su hermano Constantino de Grecia. También el deterioro progresivo de su hermana Irene ha sido un golpe que la ha sumido en una profunda tristeza.
A esto se añade el distanciamiento entre sus hijos, algo que la ha afectado profundamente. Su mayor ilusión sería volver a ver unida a la familia real, pero las tensiones internas parecen haber hecho imposible esta reconciliación.
En este panorama, hace tiempo que sus salidas de Zarzuela son limitadas. No le quedan ganas. Se desplaza para compromisos institucionales y poco más. Lo único que le haría feliz de verdad en este momento y retomar algunas de sus fuerzas pasa por un acercamiento y reconciliación de sus hijos, distanciados en los últimos años por discrepancias dentro de la familia.
Saltan las alarmas con la salud de la reina emérita
Pero, aunque sus hijos no estén unidos como antaño, siguen muy pendientes de la salud de la emérita. Y esta semana han tenido un susto que ha hecho saltar todas las alarmas.
Lo que en un principio parecía un simple resfriado, ha terminado por agravarse, hasta el punto de que se ha extremado la vigilancia médica en torno a la emérita.
Dada su edad y su estado de salud frágil, cualquier complicación, por mínima que sea, supone un riesgo que no se puede pasar por alto. Una simple infección respiratoria puede derivar en complicaciones graves, y por ello se han tomado todas las precauciones necesarias. En un primer momento, se temió incluso que pudiera tratarse de COVID-19, aunque finalmente esta posibilidad fue descartada. Afortunadamente, su estado ha mejorado en las últimas horas, aunque el seguimiento sigue siendo estricto. Por ahora, la reina Sofía permanece en Zarzuela, con salidas limitadas y bajo estrecha vigilancia médica. Su estado sigue siendo delicado, pero todo apunta a que este nuevo susto quedará solo en un episodio más dentro de los altibajos de su salud en los últimos años.