Los escándalos ocultos de Jaime de Marichalar obligaban a la infanta Elena a pedir perdón a señoras
La infanta Elena tuvo que hacer malabares para encubrir los insultos de su marido
Cuando se confirmó la boda entre Jaime de Marichalar y la infanta Elena, no podía estar más contentos y satisfechos en Zarzuela. Y es que la hija mayor de los entonces Reyes de España había cumplido y se casaba con uno de los hombres más importantes de España en cuanto a lo aristocrático se refería. Jaime de Marichalar cuadraba con todo lo que buscaba Juan Carlos I en un hombre. Era elegante, tenía dinero y venía de una familia Grande de España, no había nada que objetar a un matrimonio que, sin embargo, fracasó estrepitosamente.
En este sentido, a pesar de que Elena y Jaime tuvieron dos hijos, la realidad es que ese matrimonio nunca acabó de funcionar de verdad. Las discusiones entre ambos eran constantes y la falta de entendimiento era absoluta. Una situación que se acabó de agravar cuando Jaime de Marichalar sufrió un ictus mientras pedaleaba en la bicicleta estática. Ese momento le cambió la vida y lo llevó a ser una persona radicalmente diferente a la que había sido.

Un ictus que cambió a Jaime de Marichalar
Y es que, tal y como asegura Pilar Eyre, Jaime de Marichalar dejó atrás todos esos refinados modales, para convertirse en un hombre con una lengua llena de veneno. Hablaba sin tapujos y soltaba lo primero que le pasaba por la cabeza. El que fuera Duque de Lugo no tenía filtros y si algo no le gustaba lo dejaba más que claro a todo el mundo.
De hecho, no era nada raro escuchar como Jaime insultaba a las personas que lo rodeaban por no ir vestidos como él consideraba oportuno. Lo que acababa generando situaciones realmente incómodas en las que la infanta Elena tenía que hacer malabares para que no pareciera que lo de su marido iba en serio. Sin embargo, en más de una ocasión a Elena le tocó agachar la cabeza y pedir perdón por lo grosero que era Jaime de Marichalar.
Así pues, los últimos coletazos del matrimonio entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar fueron más que complicados. Y es que el que fuera Duque de Lugo tuvo una temporada muy complicada en la que, por culpa del ictus que sufrió, era incapaz de modular sus palabras y soltaba auténticas barbaridades a la cara de otras personas.