Trabajadores de Buckingham denuncian maltratos continuados de Camilla Parker Bowles
Las formas de la Reina Camilla dejan mucho que desear en privado
Desde su llegada a Buckingham, Camilla Parker Bowles se ha esforzado en dejar una imagen muy cuidada siempre que ha aparecido en público. En este sentido, la consorte nunca ha cometido ni un solo error de protocolo ni ha protagonizado ninguna salida de tono que haya hecho que los medios de comunicación y la opinión pública carguen contra ella. De hecho esa imagen tan pulida es la que ha hecho que parezca una persona mucho más distante y fría de lo que realmente puede llegar a ser. Sin embargo, es en privado donde Camilla muestra su cara oculta y secreta.
En este sentido, tal y como han ido revelando varios extrabajadores de Buckingham, estar a las órdenes de la Reina Camilla es un infierno absoluto. Y es que, lejos de ser una persona comprensiva y que admite que las personas pueden tener mejores y peores días o que pueden equivocarse, se comporta como una completa déspota y trata realmente mal a sus trabajadores del hogar.
Por lo que hemos podido saber, los trabajadores viven con miedo a que Camilla encuentre la más mínima excusa para poner el grito en el cielo y comenzar a gritar y a maldecir a la primera persona que se le cruce por delante. Lo que ha hecho que los trabajadores eviten a toda costa cruzarse con la reina consorte, por la que sienten verdadero pánico.

Carlos III no tolera estos comportamientos de Camilla
La realidad es que, Carlos III representa la otra cara de la moneda. El Rey de Inglaterra es una persona mucho más comprensiva y tranquila. Cuando hay algo que no le gusta lo hace saber y, sin gritar ni tratar mal a nadie lo comunica para que sea solventado. Un carácter que contrasta completamente con el de su esposa, pues Camilla ha hecho que trabajar en Buckingham como empleado del hogar sea un completo infierno.
Así pues, no hay ni un solo trabajador que pueda estar tranquilo mientras Camilla Parker Bowles ronda por las estancias de Buckingham. Ya que si hay algo imperfecto va a haber gritos y alguien acostumbra a salir malparado y entre lágrimas por la crudeza de las palabras de Camilla.