Fue tan bochornoso lo de Ancelotti y sus 3 favoritos en Montjuic que puede haber sentencia en enero

El entrenador, sin soluciones ni ideas, vuelve a ahogarse esta temporada

Fue tan bochornoso lo de Ancelotti y sus 3 favoritos en Montjuic que puede haber sentencia en enero

El planteamiento del Real Madrid ante un Barça mermado se acogió a lo de siempre, tan triste como patético, buscar la espalda del rival con sus dos rápidos extremos, Vinicius y Rodrygo, y eso ahogó la posibilidad de triangular y acumular pases en fase ofensiva; es decir, Carletto renunció a la posesión. Y por supuesto, otra vez, no funcionó. Pero menos lo hizo su idea, tan fallida como insistente, de mantener un centro del campo insulso, plano, lento e infructuoso con dos jugadores que por características se repelen y al que ponen acento dos jugadores que simplemente están para ser suplentes.

Camavinga, pecado mortal

Camavinga apenas sí ha jugado un partido íntegro en lo que va de liga y eso es poco menos que un pecado mortal, algo que no se puede permitir este Madrid, y por ahí viene el primer señalado: Aurélian Tchouameni. El francés no puede ser parte del plan por delante de su amigo y compatriota, así de simple. El ex del Rennes fue en 40 minutos de lo mejor del Madrid junto a Bellingham, algo habitual, mientras que Tchouameni al lado de Kroos fue un juguete roto: lento, falto de agresividad, demasiado estático en su demarcación y atado en su arranque por su pareja de baile. O lo que es lo mismo, si Ancelotti quiere jugar con Kroos, Tchouameni no merece sentar a Camavinga… el problema es que Kroos no tiene cabida en el once en partidos de tanta intensidad. Cuando se fue al banco el germano, el Madrid cambió la cara al partido desde aquello que tiene mejor en la plantilla: músculo, potencia e intensidad de su joven medular. Pero, claro, el problema es que Ancelotti solo introdujo a Camavinga cuando Ferland Mendy se lesionó, no antes, otra vez, y eso es un grave pecado del míster que sin embargo por fortuna le salió bien.

Por otro lado, ya sea con Joselu, Brahim, que parece desaparecido, o mediante la introducción de cinco centrocampistas -Valverde jugaría caído a banda-, Ancelotti no se atrevió a sentar al jugador que más merece ser suplente en su once tipo, y con ello regaló otra vez parte y media de juego. Efectivamente hablamos de la insistencia en un Rodrygo Goes absolutamente desaparecido, y van tantas veces ya con él que ni entendemos la razón de la pesadez del míster en él. Es sencillo, Rodrygo de nueve no solo no está rindiendo, es que no vale. Y no nos basamos solo en sus números, que son paupérrimos para la función de un goleador, sino en que es un jugador sin potencia y cuerpo para serlo. Kroos y él son enormes futbolistas, pero su lugar en el equipo les hace un flaco favor.

El otro jugador que se vio señalado, una vez más, por un centro del campo tan improductivo, el formado por Kroos y Tchouameni, fue David Alaba, el cual ha adquirido la costumbre de errar alguna vez por partido, lo que en su posición es fatal; ahí está el gol de Gundogan… con colaboración de Tchouameni. Puede decirse que la colocación y el rol que asigna Carlo Ancelotti a los tres jugadores les hace peores futbolistas. Ahora con la lesión del ex del Mónaco se abren las puertas del pivote para Camavinga.

Kroos

El cambio, por fortuna

La lesión de Mendy, la introducción de Modric y la sustitución de Rodrygo, así como la destrucción del dichoso rombo, soltaron al Madrid y a su mejor talento, un Bellingham que en dos zarpazos acabó con Xavi, el Barça y la disputa del Clásico, pero la mala nota no solo se la llevó el FC Barcelona, que cayó en casa ante el eterno rival, también Ancelotti suspendió porque volvió a errar en el once y en el planteamiento. Y eso, en enero, cuando el Madrid debe tomar la decisión de si sigue adelante o empieza a movilizarse para encontrar nuevo entrenador en el verano de 2024, puede precipitarse.Tchouameni