Ni Endrick, ni Arda Güler, ni Mbappé o Haaland, en Valdebebas aguantan la respiración con él

Ni Endrick, ni Arda Güler, ni Mbappé o Haaland, en Valdebebas aguantan la respiración con él

Dos temporadas lleva viviendo al día, pero en esta es un futbolista fundamental

Vayan las cosas bien, muy bien o algunas veces regular (ya que durante su estancia en el club del Santiago Bernabéu pocas veces ha habido largos espacios de tiempo negativos) hay algo que siempre permanece imperturbable en el plano positivo, en la regularidad, y es precisamente este hecho y no otros -como la llegada de Endrick, el nivel que pueda mostrar Arda Güler o los hipotéticos fichajes de Kylian Mbappé o Erling Haaland- lo que hace que en Valdebebas aguanten la respiración de cara a la temporada 24/25.

Titularísimo

De nuevo Carlo Ancelotti le ha dado la batuta del centro del campo a Toni Kroos en cualquiera de las variantes que ha manejado el técnico italiano (salvo algunas excepciones) y el nivel del germano, al que parece le sentó muy bien dejar la selección alemana, está siendo de lo mejor del Real Madrid esta temporada. Tanto con Aurelian Tchouameni y escudado por Fede Valverde, como en compañía de Eduardo Camavinga y su compatriota o incluso al lado de Jude Bellingham o Brahim Díaz, Kroos está siendo una auténtica garantía.

Sin duda es el jugador clave en la salida de balón desde atrás, incrustándose entre los centrales, pero a la vez sigue siendo el mejor futbolista en la oxigenación, con cambios de juego largos y precisos. Y no solo eso, esta temporada está siendo también determinante en las transiciones defensivas, donde recupera más y hace de bisagra en el arranque de las jugadas de ataque.

Situación por definir

El problema es que Kroos cada vez da un nivel más alto y eso no solo lo hace titularísimo, sino que ahonda en la idea de que cuando falte su hueco será complicado de suplir. Y esto puede ocurrir ‘en cualquier momento’. No olvidemos que el jugador alemán renueva temporada tras temporada y que en más de una ocasión ha resultado que jugará hasta cuando le apetezca; una indeterminación que puede ser catastrófica en junio. O no. En Madrid cruzan los dedos para que salga cara.