Tchouameni y Camavinga hallan la clave al lío por Kroos y Modric: decisión inédita de Ancelotti

Tchouameni y Camavinga hallan la clave al lío por Kroos y Modric: decisión inédita de Ancelotti

Velocidad frente a fútbol control; potencia y presión ante posesión: lucha de antagonismos

En el Real Madrid se está librando una guerra entre antagonismos futbolísticos, entre la velocidad de juego, el alto ritmo constante o el fútbol control y de precisión; entre la potencia y presión mantenidas contra la posesión y la pausa en la construcción de las jugadas. Y esta batalla la está ganando la primera fuerza sobre la segunda, la juventud sobre la veteranía, el físico sobre la técnica. Carlo Ancelotti, que nunca había prescindido de Toni Kroos y Luka Modric, ya lo hace, y por un motivo.

O lo que es lo mismo, Aurélian Tchouameni y Eduardo Camavinga son ya los líderes de la medular, secundados al costado por el inamovible Fede Valverde y como enlace entre la línea de ataque y la sala de máquinas, Jude Bellingham. Los dos jugadores franceses unidos en el once eran una rara avis hasta la fecha, tanto en Francia como en el Real Madrid, y sin embargo, su poderío y su capacidad de exigir al rival y robar balones han convertido el binomio en el nuevo catecismo; porque dan más de lo que quitan, porque para Bellingham son claves y el inglés es la nueva clave.

Con ellos, y Fede, el Real Madrid posee un control del juego y del balón más voluble, como se ha visto en el arranque liguero, lo que deriva en bastantes ocasiones recibidas, pero en cambio exigen más precisión al rival y por tanto más velocidad en su ejecución, pero sobre todo más ritmo, lo que no todos los conjuntos pueden soportar. Lo estamos viendo, el Madrid lleva a sus rivales sacando la lengua a los tramos decisivos de las segundas partes. Esto, como decimos, tiene un riesgo, pero es la nueva normalidad.

No significa ni que Kroos y Modric no vayan a volver a jugar juntos, que lo harán, ni que la presencia de uno de ellos esté vetada en el once, pero sí significa que Ancelotti ha cambiado y lo ha hecho por Bellingham: que el inglés esté poniendo la creatividad y, encima, los goles, significa que por detrás debe haber además de clase, músculo, el que le proporcionan los dos internacionales franceses. Y Jude Bellingham es insustituible. Si hay lío por la suplencia del germano y el croata, Carletto aporta su argumento rotundo; la decisión, probada con hechos, está tomada.

RM