D. Jiménez Silva

La clase y la técnica futbolística corren en cada gota de sudor y sangre por el cuerpo de David Josué Jiménez Silva. El canario David Silva (Gran Canaria, 8 enero 1986) forma parte de ese elenco de estrellas españolas que glorificaron a La Roja por juego y resultados ante los ojos de todo el planeta. 

David Silva llegó con 14 años a los filiales del Valencia C.F. consiguiendo su primer éxito, al alzarse con el campeonato nacional cadete. En el conjunto ché fueron conscientes del diamante en bruto que tenían en sus filas, y por ello dejaron que se foguease en otros conjuntos antes de incorporarlo a la disciplina del primer equipo.

En la temporada 2004-2005 jugó cedido en la S.D. Eibar en Segunda División donde disputó partidos en los que ya dejaba destellos de su gran clase. Su debut en La Liga llegó al año siguiente de la mano del R.C.D. Celta de Vigo donde, además de seguirse fogueando, dejó frotándose las manos a los valencianistas.

Recuperaron a David Silva para la temporada 2006-2007 y su rendimiento fue envidiable en el Valencia C.F.  Espectáculo para la grada de Mestalla, asistencias para los compañeros y goles decisivos para el equipo en Europa y en competición doméstica. No bajó su nivel incluso en la siguiente temporada, llena de inestabilidad institucional y que, gracias al buen hacer del canario entre otros factores, llevaron al Valencia a conseguir la Copa del Rey.

Tras un periplo inolvidable en la ciudad del Turia, dio el salto a Inglaterra. El Manchester City lo fichó por 33 millones de euros sabiendo que incluso les había salido barato. Pronto demostró que la Premier League no le asustaba y siguió dejando el mismo espectáculo sobre el césped. Pese a todo, vivió un muy desagradable episodio en relación al prematuro nacimiento de su hijo, y del que el propio jugador reconoció que le había afectado a su rendimiento.

Si a nivel de clubes estuvo soberbio, a nivel de selección siempre ha estado impecable. David Silva es uno de los grandes héroes de la selección que pueden presumir del triplete histórico al haber ganado la Eurocopa de Austria y Suiza (2008), el Mundial de Sudáfrica (2010) y la Eurocopa de Polonia y Ucrania (2012) en la que incluso metió gol en la final ante ese apoteósico 4-1 frente a Italia.